lunes, 21 de mayo de 2007

De San Genarin a San Aznarin

Todos los jueves santos se celebra en León la procesión de San Genarín, egregio santo pagano conocido por sus querencias a los dionisiacos placeres del orujo, los prostíbulos, el tute y el garrafón. El tal Genarín, abrumado en su momento por los vapores del alcohol y teniendo embargados todos sus sentidos, murió atropellado por el único camión de bomberos que existía en la ciudad. Tras tan trágica desaparición, y contemplando que después de su muerte acaecieron numerosos milagros, entre ellos el abandono de la prostitución por parte de una de las muchachas con la que satisfacía sus instintos más primarios y que la Cultural Leonesa ganara al Hércules en partido de liga, ese mismo fin de semana fue canonizado tal y como dicta el protocolo en estos menesteres. Así, cada jueves santo, todos los devotos cantan loas y alabanzas al santo y acompañan la procesión con votos de orujo que la feligresía bebe con fruición. Me pareció genial ver como la cultura popular genera sus propios santos al margen de los de la Iglesia, que por otra parte considero oscuros, trágicos y sus martirios desagradables y dolorosos. Tiene más épica morir atropellado por el camión de los bomberos mientras se va bolingas que no alanceado o desollado.

No sé si atropellado por el camión de los bomberos, de la basura o de la inoportunidad, pero también Aznar se postula como candidato a la santidad pagana por sus aficiones dipsomaniacas al vino, como San Genarín. Había que ver lo suelto y desenfadado que bregaba en la fiestecilla esa de exaltación del vino de la ribera el Duero, con la copa en la mano y la lengua relajada presta a parir chorradas. -¡Que hable, que hable!- gritaba el respetable. Crecido por los efluvios del néctar de Baco comenzó a rajar:-¡Pero quién te ha dicho a ti que yo quiero que conduzcas por mi¡, ¡Déjeme usted beber las copas de vino que quiera!, ¡La libertad consiste en que cada uno haga lo que quiera!- Muchos medios de comunicación pacatos y sin sentido del humor salieron raudos a denunciar y censurar tales declaraciones:-¡Que si mira tú lo que dice éste, que si vaya respeto a las víctimas de la carretera, que menuda irresponsabilidad tratándose de un expresidente de gobierno! Pero a mi me sorprendió gratamente. -¡La libertad consiste en que cada uno haga lo que quiera!- Esta frase me desarmó. Tal fue el impacto, que empecé a creer que el bigotes abandonaba su trinchera neoconservadora para abrazar tesis más cercanas al libertarismo. -¡La libertad consiste en que cada uno haga lo que quiera!- Ya me lo imaginaba protagonizando un émulo del cartel “Alegoría del triunfo de la Republica” totalmente desnudo, portando el estandarte rojinegro de la CNT y flanqueado por Durruti, Ascaso, Quico Sabaté, Ferrer y demás imaginería anarquista. -¡La libertad consiste en que cada uno haga lo que quiera!- ¡¡¡QUÉ GRANDE!! Sin embargo me sobraron segundos para descubrir que el ideario de este señor chirriaba con la acepción más común de libertad (si es que existe). Y que la libertad que reclamaba para sí, anteriormente la había negado a homosexuales, iraquíes y potenciales votantes de SAB (Sozialisten Abertzale Batasuna) o ANV (Acción Nacionalista Vasca) entre otros. Y es que a Aznarín y a todos los de su ralea les traiciona el subconsciente y la tradición de la que proceden: la del facherío y el señoritismo hispánico. Siguen creyendo que el Estado es su hacienda, y no satisfechos con haber impuesto un sistema que les garantiza el mantenimiento de sus privilegios, pretenden ampliar aún más sus derechos a cuenta de morder los de los demás, reduciéndolos y acotándolos con mojones grandes y pesados. Sólo hay que ver que toda esta cuadrilla se manifiesta únicamente para impedir nuevos derechos en vez de reclamarlos, y esto les delata: siguen siendo los de siempre. Así que nada, la plaza pública ha decidido la “no canonización de Aznarín” por incoherente. Además no se le reconoce ningún milagro (llegar a ser presidente de gobierno siendo un inepto es una regla al uso y nada sobrenatural) Que le canonice Ratzinger en su club exclusivo. Yo me quedo con San Genarín.

¡¡VIVA SAN GENARÍN!!

No hay comentarios: