jueves, 22 de noviembre de 2007

Como a una mierda

Una vez mas hemos destrozado un clasico del rock, esta vez le a tocado a Jimi Hendrix; ¡¡temblad totems del rock, los proximos podeis ser vosotros. Nadie esta a salvo del daltonismo musical de McGafas & dj Down!!



lunes, 19 de noviembre de 2007

Las Verdades del Barquero

Los fachas se regocijan. Del rey pusilánime y decorativo que denostaban ha surgido el vehemente y mal educado que les pone. -¡Por qué no te callas!- rezongaba inopinadamente el Borbón en un alarde de diplomacia barriobajera. Los autodenominados “ESPAÑOLES” aplaudían tan testosterónica reacción con un fervor casi religioso. El ímpetu rojo, encarnado en Hugo Chávez, había sido acallado con argumentos tan contundentes como los cojones de un monarca y el exabrupto de su incontinencia. La revancha del desastre del 1898 estaba servida. El subconsciente colonial y paternalista hacia Sudamérica que todo fachuzo mece en su interior se veía al fin reivindicado. -¡De nuevo en ESPAÑA no se pondrá el sol!- ululaba el vocerío ultra. Y sólo porque al “gorila rojo” (racista Losantos dixit) se le ocurrió llamar fascista a Aznar. Sólo porque Chávez denunció el apoyo que este salvapatrias había otorgado al golpe militar de Venezuela en 2002, apoyando al nuevo presidente surgido de la intentona absolutista y que casualmente era presidente de la patronal venezolana. Sólo porque el régimen que pretendían derrocar con esta defección había sido elegido por los venezolanos, y Aznar, entre otros muchos actores, intentó subvertir una coyuntura democrática y legal. ¿Eso eso no es de fascistas? Y es que un país como Venezuela, probablemente el más rico de Sudamérica junto a Brasil en cuanto a materias primas se refiere, es un preciado botín que no puede estar en manos ninguna “veleidad política” que se aparte de la ortodoxia capitalista. Durante años, Venezuela ha sido gobernada por una suerte de personajes corruptos, tanto socialdemócratas como conservadores, que administraban el país como si fuera el predio de las petroleras de turno. Mientras una élite caraqueña, la misma que ahora se rasga las vestiduras antes las políticas sociales de Chávez, se hacia asquerosamente rica desempeñando el papel de garantes de la traición, una inmensa parte de la población, la más humilde, observaba como los royalties del petróleo pasaban de largo ante sus narices sin que aliviaran ninguna de sus necesidades. Esta situación injusta era ignorada por el “mundo libre”. La historia de los últimos 500 años se volvía a repetir, el expolio se interiorizaba y el capital campaba a sus anchas. Pero ocurrió que Chávez, presidente electo del país por mucho que algunos les pese, cerró el grifo, denunció el latrocinio extranjero y para colmo hizo suyo el ideario marxista girando sus miras hacia los más infortunados. Rápidamente la propaganda euro-dólar se puso en funcionamiento ante tanto agravio a sus intereses: que si Chávez era un represor, que si practicaba la censura cerrando cadenas de televisión (cadenas que, por cierto, alentaron el derrocamiento de Chávez), que si era un histrión y sus salidas de tono deslucían y no eran de recibo, que si pretende entronizarse en el poder cuando lo que persigue es poder ser reelegido sin límite de legislaturas ( como ocurre en el estado español), que si instigaba al resto de los países de la zona hacia la revolución, liderando un movimiento neocomunista que desestabilizaría la región, etc. El siguiente paso ya lo conocemos: el golpe subvencionado por la patronal, ejecutado por parte del ejercito, bendecido por la jerarquía católica venezolana y auspiciada por gobiernos como el español y el estadounidense. Kissinger, auténtico “ingeniero en desestabilizaciones varías”, denominaba “mis hijos de puta” a los dictadores que velaban por los intereses de los USA en Sudamérica en la segunda mitad del siglo XX. Aznar optó por el suyo, el presidente de la patronal venezolana, para satisfacer sus necesidades neocoloniales (después vendría Iraq....). Sin embargo una rebelión militar fallida y una oposición golpista, que se declaraba mayoritaria pero que resulto ser testimonial, acabaron esta “ópera bufa” para desvelo del binomio Bush-Aznar y tranquilidad de un pueblo arto de ser domesticado por los edictos del mercado. ¿Y se molestan ahora porque Chávez llamó fascista a Aznar, o demonio a Bush? Lo que ocurre es que las verdades ofenden, y Chávez contó las del barquero. Por cierto: el mentor de Juan Carlos de Borbón, generalísimo Franco, estaría orgulloso de observar como su carácter arisco calaba en su pupilo. PPespañoles y demás aledaños ideológicos ya han mostrado su satisfacción.

Anexo: Un neoliberal-capitalista habla de libertad para referirse a la no existencia de cortapisas que puedan dañar sus inversiones. Para un neoliberal-capitalista el mercado está por encima de las personas. Para un neoliberal-capitalista la democracia deja de tener legitimidad cuando ésta perjudica a sus intereses. No os creáis a esta caterva de gañanes que se les llena la boca con la palabra LIBERTAD. “COPE, somos libres”