sábado, 28 de octubre de 2006

Tan solo una coma

George W. Bush pronostica que la guerra de Irak será una coma en el torrente de datos de la historia, un leve lapso en su lectura, que nos animará a leerla con mayor alacridad y resuello. Tan ortográfica descripción nos debería poner sobre aviso respecto a las intenciones de este señor y su “lobby neocon” de maquillar tal acontecido. Bush prepara su pierna ideológica para arremeter con violencia sobre la pelota de la memoria y mandarla, a ser posible, fuera del estadio de la historia. En ella no veremos reflejados ni los recursos naturales, ni el petróleo ni los intereses geoestratégicos que estimularon el conflicto. Sólo la democracia será la reivindicación para justificar tal desatino. Y los 50.000 civiles muertos, lejos de suponer una incómoda carga, pasarán al subconsciente colectivo como los héroes cuyas vidas, heroicamente entregadas, pagaron el caro peaje de la “libertad”. Descriptivamente perfecto e ideológicamente elocuente para los poco escrupulosos, crédulos y conformistas. Aunque esto de sacrificar la memoria en el altar de los intereses y las ideas no es exclusivo de aquellas latitudes. Algo nos debería sonar cuando aquí diariamente se glosan las bondades de la guerra civil y sus posteriores 40 años de represión. Cuando se justifica el enfrentamiento fratricida entre españoles con el elevado y abnegado fin de salvar la patria. Cuando se esconde que la aspiraciones de una nobleza agrícola venida a menos, que incluso veía recortadas sus posibilidades de promoción ante las expectativas socializantes que la revolución industrial comenzaba a mostrar, fueron las instigadoras del derrocamiento de un sistema libremente elegido por el pueblo, hundido con el servil apoyo de una Iglesia siempre presta a la genuflexión frente al poderoso y ejecutado por un ejercito de tradición golpista. Cohonestar la historia tachando de mitos datos reales es un ejercicio muy de moda. Como si los transcriptores de la historia velaran por nuestra buena conciencia, evitándonos revivir hechos que pudieran trastornar nuestras felices existencias. ¿Te imaginas el panegírico de Bush en los libros de historia del 2050? “Presidente de los USA que logró implantar la democracia en Oriente Medio. ¿Y el de Franco? “Dirigente español que salvó a su patria de la II guerra mundial y del comunismo, implantando las bases económicas para la entrada de España en Europa”. Toda es posible, así que frente a la historia de los falsarios, ahí deberemos estar para recordar al mundo que la herida por la que sangra no fue obra de un aséptico cirujano que pretendía su curación, sino la de un sádico matarife ansioso de su plasma.


, = 50.000 muertos

jueves, 26 de octubre de 2006

Convocatoria Antimilitarista

Como ya sabrás, el Ministerio de Defensa pretende instalar en Zaragoza la mayor base de la OTAN en Europa, dedicada a inteligencia y a la obtención de información e imágenes en tiempo real de cualquier parte del mundo. Con esta información, cabe esperar que los mandos militares dirigirán los ataques de la OTAN según dicten los intereses de EEUU.

En respuesta, la Plataforma Contra la Instalación de la Base OTAN en
Zaragoza convoca

MANIFESTACIÓN, SABADO 4 DE NOVIEMBRE, 18:00 h. PLAZA ARAGÓN

sábado, 7 de octubre de 2006

Ni Dios, ni ....

¿Habrá que recordarle a Benedicto XVI, gran juez de pecados ajenos y escamoteador de los propios, que la Iglesia Católica creó en Aragón y Castilla la Inquisición para conservar, entre otras lindezas, la pureza de sangre de sus habitantes y eliminar la que tuviera rasgos moriscos o sefardíes? ¿Se da cuenta de que su Iglesia creó un terrible precedente que después sería referencia en la loca carrera de exterminios raciales que han jalonado la historia ( exterminio judío por parte de los nazis)? ¿O que, de la mano de los reyes católicos, llevase a cabo una de las colonizaciones más sangrientas de la historia, la de América, en la que cruz y espada se confundían en el mismo filo asesino? ¿Tendrá este prohombre suficiente memoria histórica para contemplar y reconocer el apoyo activo y oficial que su Iglesia Católica dio al franquismo, calificando de santa cruzada la Guerra Civil y portando después a Franco bajo palio? ¿Tendremos que espetarle el bochornoso silencio de Pío XII ante el exterminio nazi? ¿O su negativa a los matrimonios civiles entre homosexuales o al estudio y aplicación médica de las células madre, saliéndose descaradamente de su divina jurisdicción? ¿Será necesario abrirle la percepción ante las palizas que algunos de sus acólitos más viscerales propinaron a los autores de la obra “Me cago en Dios”, o la bomba con que reconocieron el ingenio de Leo Bassi?


Como ve, señor BenedictoXVI, usted no es quien para denunciar las actitudes violentas del Islam, que lo son, cuando semejantes atrocidades acaecieron en su casa y ni un furtivo perdón se ha escapado de su boca.


Pero llegados a esta punto se me ocurre que el verdadero problema no lo constituyen ni los mandatarios religiosos ni sus actividades puntuales. El auténtico radica en la existencia misma de las religiones y en su proselitismo. Ulises decía en La Odisea que “el hombre sólo dejará de ser esclavo cuando mire al cielo y deje de ver a Dios”. Efectivamente, cuando el hombre deje de interpretar todas las elipsis existenciales que le adornan y trastornan desde un punto de vista sobrenatural, y encuentre amparo en la racionalidad científica, será un poquito más libre. Sin embargo se impone la explicación religiosa de la realidad, ya sea por comodidad o por épica, y porque es más fácil someter al hombre con castigos divinos, amenazas ignotas y temores supersticiosos que con interpretaciones técnicas de porqué ocurren las cosas.

La Biblia, el Corán y el Talmud seguirán pronosticando la muerte de nuestras vidas, y de paso negándoles todo su esplendor; pero aquí la verdad seguirá siendo nuestra deidad, la ciencia nuestra religión, la prueba nuestro estado de gracia y la duda nuestra liturgia.


Ateo di-agnosticado